domingo, 27 de marzo de 2022

Me recibí...

 Me recibí...sí, me recibí de técnico en investigación de la escena del crimen.

Me siento muy feliz y orgulloso por haber logrado terminar algo que me propuse.

Tengo que aguantarme algunas críticas. Me hubiera gustado decir que tengo carrera de posgrado a esta altura de mi vida.

La vida me enseñó que es mejor tarde que nunca.

No será carrera de grado pero estoy contento porque terminé.

Muchas veces no pude terminar por dos motivos: en primer lugar, no estaban dadas las condiciones en mi ambiente cotidiano y por otro lado le dediqué muchísimo tiempo a gente que no suma nada en mi vida.

Luego, pensándolo en profundidad considero que traté de vivir la vida como pude y eso que me llevo nadie me lo quitará.

Siempre pienso que pude haber tomado mejores decisiones pero a pesar de todo también pienso que a causa de mis malas decisiones estoy donde me encuentro ahora y me gusta mi presente a pesar de todo.


miércoles, 2 de junio de 2021

A mis abuelos

 Ha llegado el día en que me quedé sin mis cuatro abuelos. Yo los llamaba abuelo, abuela, nono y nona. Los primeros fueron los paternos y los últimos los maternos.


De mi abuelo JP no se mucho, se fue cuando yo tenía 14 años. Recuerdo que ese día me entregaron una evaluación de Física, creo que me había sacado un 9 o 10. Si no me equivoco a sus 77. Prácticamente nació entre dos guerras mundiales. Por eso pienso que no me olvidaré más. Algo que también recuerdo que llegué a faltar al Colegio para ir a sus carneos. Partió en 2001.

De mi abuela FN me acuerdo más cuando cumplí 34 partió unos días después a los 92. A ella le molestaba que no le recibiera algo que ella me invitaba. Alguna vez me ofreció una rodaja de pan casero con picadillo de carne en horas de la tarde. Ese día había comido mucha carne, pero mucha...por eso no acepté y me respondió: "...Vaya a cantarle a Gardel..." fue un reto pero lo tomé bien como que era obligación recibir una comida. Se fue en pandemia pero no por la pandemia...2021.


De mi nona AV me acuerdo que ella misma hacía burlas de su aspecto. Por una enfermedad terminal ella decía que tenía "cabeza de rodilla de viejo". Si me tenía que retar, lo hacía. Aprendí mucho en ese sentido. Creo que se fue en 2011. El sabor de sus comidas era único.


De mi nono DG recuerdo que compartimos un sentimiento muy particular. Simpatizante de CABJ como yo y además justicialista. Me mostró su libreta (no recuerdo si era cívica o de enrolamient) allí constaba que votó a los 18 años. Me dijo que votó a Perón en 1946. Yo tendría 10 años aproximadamente cuando me lo contó. Alguna vez me nombró a Gioja que años más tarde sería Gobernador. No solo eso teníamos en común, también compartimos toda la vida una limitación física, de distinto nivel pero limitación igual. Escucharlo decir: "Avemaría" por un trago de agua fría, "Coma niñita"solicitando que las nietas comieran todo en el almuerzo. Palabras de campo y las que solo había leído en libros gauchescos similares al Martín Fierro: "naide", "Ay, juna", "l'agua". Una caligrafía impecable, parecía sacada de una pluma del siglo XIX y gran lector. Mi orgullo fue tener un nono gaucho. Partiendo en 2016 creo.


Ellos sobrevivieron a más de dos o tres terremotos. Vivieron todos los gobiernos militares y de los partidos políticos más nombrados, comenzado por la década infame prácticamente y finalizando en pandemia por COVID-19. Con ellos se va parte de mi niñez, mi infancia y mi juventud. Todos viviendo en tierra huarpe, dedicados a la agricultura y ganadería. De hecho, la localidad de ellos tiene nombre de cacique. Un mundo nuevo y todavía desconocido para mí. Devotos de Santa Bárbara, Difunta Correa y otros, criterio que a lo mejor no comparto pero con tal de acompañarlos eso era lo de menos.


Voy a extrañarlos. Nunca encontré oportunidad o manera de expresarles mi admiración hacia ellos por sus anécdotas, historias y por el ejemplo que dieron en vida. Cada uno tendrá lo suyo pero no soy quien para juzgarlos. Se que muchas veces por tener que estudiar no fui a verlos pero cada vez que me hice un  lugar en la agenda les dediqué tiempo, seguramente nunca será tiempo suficiente pero lo intenté. 


Todo esto me hizo reflexionar una serie de cosas y reafirmar otras:

Hace algunos años, creo que en 2018 o 2019 se había hecho un homenaje a los ex-combatientes de la guerra de Malvina de 1982 y me encontré o mejor dicho me encontró Alfonso Delgado, personaje notable de la comunidad católica en San Juan, y entre charlas luego de que se me acercó espontáneamente me dijo: "Hay que amar a todos, pero sin odiar a nadie". Al principio, no entendía esa paradoja.


Posteriormente, luego de pasar por esto de los funerales, sepelios, velorios o como se  llamen, veo que hay más gente en esos acontecimientos que en el día de cumpleaños. Parece que se celebra más la muerta que la vida. Un amigo dijo que ese momento de duelo es equivalente al hecho del rompimiento de una relación sentimental. Puede ser, aunque aun así no me cabe en la cabeza que esto pase. No es una crítica a la familia, es una autocrítica.


Mis padres decían algo así como: "Los homenajes se hacen en vida". Comparto esta situación. Creo que es mejor celebrar momentos con las personas vivas que acompañar cuando están muertas. No digo que no haya que ir al cementerio, solo digo que me parece mejor disfrutar momentos con la persona que padecerlos junto a su círculo de confianza entre familiares y amigos. 


Me gustaría que todo eso cambie. Creo que se viviría mejor en familia juntando todo eso a la vez. Amar sin odiar y homenajear a la persona que vive. 


La angustia siempre está, pero la satisfacción de haber hecho las cosas bien es incomparable. 

jueves, 26 de noviembre de 2020

25/11/20: Muere el 10




 Estaba revisando apuntes cuando me llegan mensajes y estados de redes sociales anunciando y avisándome la muerte de Diego Armando Maradona. Nunca lo conocí personalmente y nunca hubiera sucedido.


Lo que sí puedo decir que este jugador de Boca y de Argentina fue para mí un ejemplo a seguir en un deporte que siempre me llamó la atención aunque no lo pueda jugar como los demás. A partir de allí me llamó la atención: el periodismo, lo que significaba ser DT, manager, Presidente y también todo lo relacionado a estrategias. Además de mi interés por querer conocer otras partes del mundo, sobre todo Europa, aparte de sus idiomas como el italiano.


Es un claro ejemplo de lo que vale como jugador. Transmitió valores donde se jugó la vida para dar lo mejor. Tanto es así que hasta me animé a jugar -a mi manera- como arquero con mis compañeros del Colegio. Cada persona que se va me trae recuerdos de personas que todavía siguen en este mundo.


Es el mejor ejemplo que demuestra que nada es imposible y que si se puede soñar, se puede hacer.


No soy fanático pero sí me simpatizó mucho ya que me recuerda muchos momentos buenos de mi infancia. Gracias a esos recuerdos pueden vivir en mi memoria otras personas. Por eso agradezco cada alegría.


Gracias por tanto.

martes, 24 de noviembre de 2020

Artículo de Diario Móvil: Federico, un sanjuanino que superó su discapacidad y se convirtió en un gran escritor

 

Federico, un sanjuanino que superó su discapacidad y se convirtió en un gran escritor

Mielomeningocele es un defecto de nacimiento que afecta a un gran número de personas. Muchas de ellas son discriminadas por la sociedad, pero otras como Federico Palacios es un motivo para luchar por la integridad y la superación constantes de las personas con discapacidad. Profesional, músico y escrito, Federico desafió varios obstáculos que lo acaecían en su vida diaria y por esto se avocó a ayudar a otros con su condición a superarse por sí mismos y a que encuentren su espacio dentro de la sociedad. 


Antes los niños que nacían con esta patología fallecían poco después de nacer debido a que las técnicas quirúrgicas que se empleaban.  Sin embargo, con el avance de la medicina en la actualidad hay un alto porcentaje de niños afectados que sobreviven y pueden llevar ver el futuro con más oportunidades. Muchos pacientes ven a esta enfermedad como una  como una mirada más positiva y superadora de esta condición genética. Este es el caso de Federico Palacios, un  joven sanjuanino que busca a través de acciones concretas superarse a sí mismo y ayudar a otros las mismas condiciones o similares. “Mi diagnóstico de salud surgió a partir de mi nacimiento. La tecnología de punta del otoño de 1987, cuando nací, me hubiera dado apenas 72 horas de vida con los mínimos medios disponible. Entre mi madre y los  médicos hicieron posible mi nacimiento con vida y tratamiento posterior. Mi discapacidad motora es un tipo de espina bífida, se denomina  mielomeningocele. Además tengo hidrocefalia”, cuenta Federico en una entrevista para el diario.

Su aceptación de su condición genética no fue fácil. En muchas ocasiones no sintió el apoyo por parte de la sociedad en donde la discriminación que vivió, lejos de sentirse atacado, lo motivó a seguir luchando para encontrar su camino por sí mismo. “Mi vida con la enfermedad es algo que no lo puedo comparar con nada porque nací así y así me voy a quedar. He decidido no perder  tiempo en buscar soluciones fantásticas. Recién a mis 25 años de edad empecé a involucrarme con personas que tienen  alguna discapacidad desde ceguera, sordera, hasta las personas que están como yo, con una discapacidad motriz. El golpe más duro de mi vida fue intentar entrar a una institución educativa y que se negaran a abrirme la puerta porque los docentes no  se sentían preparados en la década de los ‘90 para dar clases a una persona que se desplaza por medio de muletas”, expresa Federico.
Además para el joven el apoyo de su familia y de personas cercanos lo motivó a seguir adelante. Para Federico la voluntad mueve montañas y considera que la fuerza de voluntad es sinónima de tener ganas de vivir. “Algo que siempre digo y lo resalto en el libro que escribí titulado ‘Ingenieros de la vida’ es que los límites están  en nuestra mente pero las barreras en la sociedad. Las personas con discapacidad somos una minoría en el mundo, pero una minoría  puede hacer la diferencia si somos conscientes que existe. Mi familia me ayudó siempre en temas de salud y transporte. La sociedad me ayudó a levantarme cada vez que me caía literalmente. Soy consciente de que no tendré a mi lado las mismas personas  que me ayudan toda la vida. Por eso, intento buscar autonomía e independencia constantemente en todo sentido.

Con mi condición física intento dar lo mejor de mí, humildemente para ayudar a los demás. Al principio, no voy a negar que me costó involucrarme con mi propia discapacidad. Después de haber vivido más de 20 años me di cuenta que la mejor manera de llegar a los demás y de luchar es  mostrándose, exhibiéndose, haciéndose escuchar. Por eso es que me puse más en contacto con la realidad de San Juan”, sostiene Federico.

La música para Federico fue una de las mejoras formas de expresarse y de reflexionar sobre su realidad. Es por ello que aprendió a tocar la guitarra y es hasta el día de hoy su mejor compañera. Logró integrar bandas como ´Los Iracundos de Hoy’, banda tributo a Los Iracundos con la que  recorrió lugares impensados por él. Luego estuvo en otras bandas de rock nacional e internacional como ‘Pandora’ y  ‘Talón de Aquiles’.

El pasó por la Universidad para el joven no fue fácil. “Durante los primeros años, muchos profesores me dijeron: ‘Ingeniería no es para vos. ¿Por qué no estudias otra carrera?’. Los primeros días, por temor a caerme de las escaleras, las subía  gateando, negando ayuda a propósito. De hecho, en 2006 perdí el año debido a que me había lastimado al caer de las escaleras de la  Facultad. Esta caída me dio un golpe que dolió más que el impacto contra el suelo es el sentimiento de frustración. Un año después,  había vuelto con las energías recargadas y con la cabeza más fría después de tanto comentario desalentador. Al contrario, me daba más  fuerzas el hecho de que los docentes no creyeran en mí por mi condición”, cuenta Federico. Pero esta realidad cambió y pudo desarrollarse en el ámbito académico con una mayor normalidad.

Por otro lado, Federico integra la APANIM. Desde este espacio ayuda como voluntario dando testimonios de vida y ayudando en la prevención, además de tener grandes proyectos a futuro desde esta institución. “Sí, mielo-meningo-cele. ¿Se traba un poco la lengua, no? Bueno, así de difícil es la enfermedad. Hoy formo parte de  la Comisión Directiva de APANIM y estamos trabajando por la prevención  y difusión del consumo de ácido fólico, el cual es muy  importante para prevenir esta discapacidad desde antes y durante el embarazo. Nos hemos propuesto, como objetivo a largo plazo, construir una Centro de Rehabilitación para persona con Mielomeningocele.  APANIM me llevó a conocer gente de APEBI (Asociación de Personas con Espina Bífida e Hidrocefalia) de Buenos Aires, con la que hemos  pensado organizar un movimiento a nivel nacional. También la IFSBH (Federación Internacional de Espina Bífida e Hidrocefalia) estuve exponiendo en Bélgica. Esto fue el inicio de uno de los caminos que elegí para ayudar a los que están en mi situación o peor. Ver a una persona que se encuentra  viviendo los mismos desafíos o aún peores a los míos y poder ayudar es más gratificante que mirarme al espejo y hacer una regresión de  lo poco o mucho que hice en mi vida o lo que tendría que haber hecho. Es gratificante ver a otra persona sonriendo porque ahora puede  hacer lo que antes no aunque le cueste el doble”.

Para Federico una persona con discapacidad podrá estar limitada físicamente y mentalmente pero siempre tienen su aporte para compartir con los demás.  “Mi  perspectiva a futuro  es poder seguir luchando para que las personas con discapacidad sean reconocidas como tal y no como un ser vivo al que se le debe tener lástima. La discapacidad no es una enfermedad, es una circunstancia de la vida, un obstáculo o un  desafío a superar. Mi mayor deseo es que ninguna persona con discapacidad debe quedarse encerrada en cuatro paredes y no me refiero a la  habitación, sino a que entre todos hacemos un mundo mejor. La familia, los amigos y la sociedad trabajando en armonía llegarán  muy lejos. Para que cambie el mundo, debemos cambiar nosotros mismos”, concluye Federico Palacios.

*Aclaración: Nunca viajé a Bélgica. Sin embargo, pude compartir experiencias con personas de ese país y de otros también a distancia por medio de redes sociales, videollamada y correo electrónico.*


Luchando por la vida

Obviamente no lo recuerdo todo pero por lo que me contaron puedo decir que mi paso por los quirófanos surge desde que nací prácticamente.


Supuestamente, por lo que me dieron a entender mi vida corría peligro en cuestión de horas. Apareció un médico que me salvó.


Años más tarde, experimenté recaídas que me dejaron estar. Me dejé caer. Ya quería rendirme y eso fue la consecuencia de todo lo que viviré por el resto de mi vida. Me hice mucho daño.


Desde problemas digestivos, hasta la sangre y huesos. Todo por mis descuidos y otros factores que no vienen al caso.


Hoy, intento seguir adelante ya que mis proyectos están saliendo. No busco soluciones a mis problemas de salud porque algunos no existen aun según lo que me dijeron. Así que me dedico a vivir al máximo de la mejor manera aprovechando cada momento. Esto me llevó a querer hablar con otras personas que pasan por situaciones parecidas a las mías para ayudarlos a salir al menos con mi testimonio.



martes, 17 de noviembre de 2020

Amistades, familia, compañeros de estudio y trabajo, y más

 Desde la infancia encontré amistades que fueron las impulsoras en querer desempeñarme en el ámbito profesional.


Algunos miembros de la familia me sugerían que estudiara Abogacía, Escribanía, Ciencias de la comunicación, entre otras, dejando de lado otras como Música, Artes visuales, Diseño, Bioquímica, Astronomía, Geología y Geofísica.


Los compañeros de estudio tenían gran interés por Ciencias Naturales, abarcando intereses desde Medicina hasta Ingeniería.


En mis trabajos hubo profesores, arquitectos, técnicos, abogados e ingenieros. 


Toda esta mezcla hizo que comenzara a elegir desde lo más conocido y a mi alcance.

Mis emprendimientos

 Recuerdo que una mis inquietudes era saber qué se sentiría ser empresario. En otras palabras, quería experimentar lo que se sentiría vivir el día a día pensando en hacer negocios, más que solo esperar el depósito en cuenta del dinero aportado por el servicio prestado.


Comencé a investigar libros, cursos, videos, hablando con personas que se dedican a la actividad independiente.


Luego de eso se me ocurrió comenzar algunos proyectos. El problema era el dinero en primer lugar, luego cuántas personas iba a necesitar, cuánto espacio físico, qué materiales e insumos, qué equipos, maquinarias y qué herramientas, además de la calificación de la mano de obra.


Me arriesgué presentando un proyecto que surge de la propia necesidad por obtener un producto que utilizo todos los días. Luego de asistir a diferentes capacitaciones elaboré el plan de negocios para el Programa Capital Semilla del Ministerio de Industria de la Nación en ese momento. Así fue que presenté el proyecto para comenzar con una Fábrica de silla de ruedas con triciclos adaptados. Posteriormente, inspirado en ciertas normas que había en casa, me ocupé de elaborar un proyecto también para Capital Semilla, que estaría orientado a las industrias culturales. Así surgió el Estudio de grabación.


Ya había tenido muchos emprendimientos fallidos anteriormente pero estos me gustaron mucho. Fueron muy importantes para mí, ya que le serviría a personas como yo.