Ingresé en 2005 a la Facultad de Ingeniería de la UNSJ como estudiante de Ingeniería Industrial. Me gustó mucho Álgebra y Geometría Analítica, Métodos Numéricos, Física I, Cálculo I, Dibujo y Sistemas de Representación, Química I, Introducción a la Ingeniería.
Al año siguiente, me caí por una de las escaleras y allí comenzó mi compromiso en querer reclamar más accesibilidad.
Estuve internado 42 días, luego 6 meses en sillas de ruedas. En otras palabras, perdí mi año de facultad.
Traté de salvar aunque sea una materia del segundo semestre pero cuando fui a Salud Universidad el médico de ese momento me dice: ¿No será que no has estudiado y por eso querés justificar tus faltas a las evaluaciones? Me ofrecí mostrarle mi cicatriz de casi 20 cm. con forma de puñalada en una de mis piernas pero se negó. Me sorprendió que un médico con su especialidad, no comprendiera la complejidad de mi caída. No fue una simple caída, fue una caída desde primer piso a planta baja y no eran 2m. precisamente. Ese día cambió mi vida para siempre. Hasta en la Dirección de Servicios Sociales cuando pedí ayuda económica para pagar mis elementos de curaciones me dijo alguien: ¿No has pensado en elegir una carrera más fácil? Con todos esos interrogantes, empecé a dudar mi vocación.
Me cambié a Ingeniería Química, luego Bioingeniería. Iba bien pero volvieron los problemas de salud hasta me cambié de facultad llegué al Profesorado de Física, Licenciatura y Profesorado de Matemática, y lo de siempre...mi salud comprometida a tal punto que debo dejar la Universidad. Además, era similar la carrera pero solo eso...similar. Nada era lo mismo para mí.
Dejé un tiempo, me dediqué a la música. Luego a informática. Finalmente, a emprendimientos.
De ahí que comencé con el programa Capital Semilla y la política.
Ya no quería regresar, fui a la Universidad de Congreso por Abogacía, luego Criminalística en la Siglo 21 (donde combinada en cierta manera Derecho Penal con ingeniería de una manera muy particular y eso fue un plus viendo de la mejor manera posible), hasta que entré a trabajar a la justicia por concurso.
Hoy sigo arrepentido de no haber seguido ingeniería pero espero volver algún día y terminar a pesar de todo lo que pasó.
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