martes, 17 de noviembre de 2020

Mis pasatiempos

 Desde los 5 años tomé contacto con un pequeño teclado, de allí que me gustó la música. Luego, comencé a tomar contacto con materiales que me inspiraron para poder dibujar y pintar con acuarelas, acrílicos y témperas.

A los 12, la flauta dulce. Esto se debe a que la utilicé durante 3 años en las clases de Música del Colegio.

A los 15 años, me regalaron una guitarra criolla. A partir de ese momento no paré. Todos los días le dedicaba al menos una hora, hasta llegué a tocar de noche con luz apagaba para acostumbrar los dedos a la distancia y sus posiciones correspondiente.

A los 17, una armónica. Fue un instrumento muy cómodo para mí, aun me queda mucho por aprender siempre.

Con 20 años ya tomé contacto con una guitarra eléctrica por primera vez. La idea era encontrar algún proyecto común y poder formar una banda en algún momento.

A los 24 comencé a tocar el bajo y fue lo que más me gustó. Lo compré exclusivamente para formar una banda con dos de las personas que se podría decir que fueron unos de mis maestros más importantes en la música.

Con 26 años compré una trompeta. En ese momento quería experimentar con nuevos sonidos.

Luego, con 28 compré un saxofón. Una vez que ya tenía la trompeta, pensaba en ver la manera de combinarla con algún otro instrumento similar.

Y finalmente, con 29 compré un clarinete. Me resultó cómodo el instrumento de viento y me gustó la idea de probar otros materiales que quizás poco se ven en la música que acostumbro a hacer o escuchar.




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